martes, 16 de octubre de 2007

Esa cosa llamada futbol

Jueves 27 de septiempre del 2007 de la era de nuestro señor, a los 23 años de edad, fui por primera vez a la cancha. Ustedes dirán, "que choto, este viene a decirme a mi -eximio tribunero que de niño pisaba las gradas del primer estadio que se me cruzara- lo que es un partido de fútbol". Bueno señores, entiendan que no es lo mismo ir por primera vez a la cancha a los 5 años con un padre o un tío, que ir a los 23 luego de una vida que poco deja a la imaginación y con uno de los más grandes representantes de la juventud beat que hoy corroen la sociedad. Mi estimado hermano de aventuras, Ricardito Muñoz.
El relato comienza en la tarde, a eso de las 4 en la plaza mitre de la ciudad de SI. Luego de pactado el encuentro con el señor Urraca (así se lo llamara en esta historia) le comento que hay un cambio de planes y que nos vamos para la capi. Nos subimos al auto del señor Juan Gabrielli(que poca importancia tiene en esta historia y, ya verán porqué), recorremos las arterias del sistema de avenidas y autopistas de la ciudad, que padecen constantemente infartos y luego de un viaje al son de Rage Against the Machine llegamos al barrio porteño de Recoleta. El Sr. Juan G nos deposita en la esquina de Rodriguez peña y Sta Fe con la idea de volver a encontrarnos en 45 minutos (Cabe aclarar que el sr tenía turno en el psicólogo).
Luego de pasear sin ninguna ocupación por el territorio Telerman, la Urraca tira la bomba: "papi, tengo el palco de mi tío que hoy no va". Sin dudarlo le dije "de una, ¿quién juega?" y sin miramientos nos escapamos de la coqueta Recoleta hasta el hermoso almagro a buscar a otro tío de la Urraca, este un tanto más barrial que el otro dueño del palco, y sin más que con la idea de un paty con cebollitas, nos largamos a la carrera. Se preguntaran por que no vino el Sr. Juan A, bueno, ahí va la explicación, pasados los 45 minutos, no lo fuimos a esperar al estacionamiento, simplemente nos rajamos.
Llegados al porteño almagro (barrio en el que deje un pedazo de mi corazón), nos subimos al auto del señor Javier. Llegamos al estadio mostrando unos muy bananas pases. Entramos a la cancha con el partido empezadito y una hinchada tranquila, cosa que nos desconcertó, pero, al instante, gol de river… ¡y la gente descolocada!, papá, no parábamos de gritar. Cabe aclarar que soy un ferviente hincha de independiente, pero sufro un mal llamado "mentalidad de masa", por lo que me es imposible, si veo mas de 5 personas gritando algo, no unirme a ellos.
El partido continúa, mi persona inmersa en una especie de shock producido por ver esa cancha, que no estaba llena, pero igual era algo que no tenia parangón, miro uno de las tv que hay en el palco y veo que decia 1-1. Mira a la Urraca y le digo "papá,estamos empatando", nos miramos, y fue un callate que nos matan... sigue el partido, expulsiones, violencia, brasileros amargos enfriando el partido... todo lo que corresponde a un partido de fútbol como dios manda dijo presente, ojo, todo menos el paty con cebollitas porque para cuando empezó el mediotiemo la "cebollita" se habiá acabado. Para hacer mas breve el relato, porque veo que me extendí mas de lo debido, quiero decir que al momento del 2 a 2 la hinchada que puteaba a las autoridades y a todo lo que no fuera hinchada en si. La Urraca decide que es hora de irnos porque al grito de "hay que saltar hay que saltar porque esta noche se va aguilar" la revolución de las masas parecía inmediata. Nos acercamos a los ascensores y el tío Javier y yo nos miramos, ¡nada de irse!, y así salimos corriendo hasta otra tribuna, donde un pelado duro nos gritaba: "¡loco. no podes irte amargo!”. Nos quedamos. Falcao, cual guerrero mitológico, se calza el equipo al hombro y logran lo que ya todos sabemos. Así termina el partido, yo abrazado a un seguridad gritando y festejando emocionado, la gente que no paraba de llorar, gritar y festejar al mismo tiempo. Claro que al finalizar esto había que volver, el tío Javier, veloz, dice "chupenla, yo me borro cúrtanse". No voy a contar como fue la odisea de volver a mi casa, porque no viene al caso. Solo me queda un pensamiento. Se que nunca voy a poder ir a ver a independiente, la lógica me dice que si por River, club que me da asco en todo sentido, terminé con un ataque de pánico, que valientemente me aguante, abrazado a un señor de seguridad, gritando y puteando ante toda acción del referí, veo que ir a Avellaneda solo me daría una estadía en la sección coronaria del Hospital Fernández. Por lo tanto, me contentare con seguir yendo a ver partidos de clubes que odio… claro, para preservar mi integridad física.

2 comentarios:

MM dijo...

Cuando comencé a leer tu post se me vino esto a la cabeza

"que choto, este viene a decirme a mi -eximio tribunero que de niño pisaba las gradas del primer estadio que se me cruzara- lo que es un partido de fútbol".

MUY BUENO!!!

PD: El fulbo es un viaje de ida

Lanchumor dijo...

Muy buen post.

Pero ojo, como que no vas a ir a ver al rojo.
Aguante el rojo.

Saludos